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El efecto de mirada en la nuca o escopaestesia es un supuesto fenómeno que afirma que los seres humanos somos capaces de detectar si alguien nos está mirando de forma extrasensorial.
Retiré el repasador que tapaba la torta. El chocolate lucía especialmente tentador con la luz que filtraba por la cortina. Me gustaba cocinar en los días de lluvia y observar su sonrisa cuando llegaba y veía la mesa servida.
Agité el pote de crema y me dispuse a decorar, cuando una sensación extraña me recorrió la nuca. Alguien me estaba mirando. Me giré rápidamente pero no vi nada.
Apoyé el envase en la mesada y empecé a caminar hacia la puerta. Quizás había vuelto temprano y quería jugarme una broma. Pasé frente al espejo y eché un vistazo. Poco a poco me iba quedando calvo, y la camisa roja a cuadros se me había manchado con chocolate.
Seguí el pasillo de forma tranquila.
-¿María? ¿Estás ahí? Si me querés asustar te vas a quedar sin torta.
Entré a la habitación. Las sábanas estaban desordenadas de la noche anterior, y había una notita sobre la mesa que no había notado.
"Hoy vuelvo más tarde, esperame para la cena"
Suspiré ante mi estupidez, ahora me iba a sobrar la torta.
Pasé por el baño para limpiarme el chocolate, y por las dudas revisé el resto de la casa, sin encontrar nada interesante, por lo que decidí regresar a la cocina.
Me quedé atónito en la puerta al ver a un hombre un poco calvo, con una camisa roja a cuadros, a punto de decorar mi torta.
Retiré el repasador que tapaba la torta. El chocolate lucía especialmente tentador con la luz que filtraba por la cortina. Me gustaba cocinar en los días de lluvia y observar su sonrisa cuando llegaba y veía la mesa servida.
Agité el pote de crema y me dispuse a decorar, cuando una sensación extraña me recorrió la nuca. Alguien me estaba mirando. Me giré rápidamente pero no vi nada.
Apoyé el envase en la mesada y empecé a caminar hacia la puerta. Quizás había vuelto temprano y quería jugarme una broma. Pasé frente al espejo y eché un vistazo. Poco a poco me iba quedando calvo, y la camisa roja a cuadros se me había manchado con chocolate.
Seguí el pasillo de forma tranquila.
-¿María? ¿Estás ahí? Si me querés asustar te vas a quedar sin torta.
Entré a la habitación. Las sábanas estaban desordenadas de la noche anterior, y había una notita sobre la mesa que no había notado.
"Hoy vuelvo más tarde, esperame para la cena"
Suspiré ante mi estupidez, ahora me iba a sobrar la torta.
Pasé por el baño para limpiarme el chocolate, y por las dudas revisé el resto de la casa, sin encontrar nada interesante, por lo que decidí regresar a la cocina.
Me quedé atónito en la puerta al ver a un hombre un poco calvo, con una camisa roja a cuadros, a punto de decorar mi torta.
